Para Chávez, el hombre, el ser humano,
el soldado humilde y generoso, el amigo; para Chávez el político de verbo ágil,
de respuestas firmes, de metas casi inalcanzables, para él, nuestro primer
pensamiento.
Algunos días han pasado ya desde aquel
triste 5 de marzo. Una vez calmadas las aguas, sosegados los corazones y frías
las cabezas, se impone realizar un análisis de algunos hechos que no pueden
pasar por alto y que una vez más nos exponen verdades irrefutables.
Silencio,
no hay nada que decir